La historia de Soledad Saucedo Acevedo es un testimonio inspirador de cómo el arte puede transformar vidas. Su amor por el dibujo paisajístico la llevó a inscribirse en los cursos de artes visuales en la Casa del Adolescente del Sipinna, donde en apenas medio año ha adquirido habilidades en técnicas como acuarela, pastel y pintura, así como en el dibujo de facciones y paisajes. Estos cursos gratuitos y permanentes no solo le han brindado conocimientos artísticos, sino también le han proporcionado paz y tranquilidad mental. Su consejo para otros jóvenes es claro: si les gusta dibujar, acérquense a la Casa del Adolescente. Las clases han cambiado la vida de Soledad y podrían hacer lo mismo por otros jóvenes.